Optimismo pese a todo.

Decía Mao Tse Tung algo así como «la tierra tiembla bajo los cielos, la situación es excelente». Efectivamente, España se encuentra en la actualidad sometida a vaivenes de tal envergadura que más de uno está convencido de que no aguantará.

Tampoco pasará nada: los países y los estados y los imperios se han hundido sistemáticamente y la vida ha continuado y continúa. Quizás, a quienes nos toca vivir esta complicada situación, la historia nos ofrece la oportunidad de ser testigos del resquebrajamiento y disolución de ese complejo que llamamos España. Y, acaso, el resquebrajamiento se extienda a Europa y, acaso… ves a saber qué.

Pero, finalmente, la persona prevalecerá sobre tanto chanchullo, tanta incompetencia y tanto rollo y, en veinte, cincuenta o doscientos años, quienes nos sucedan, sin duda, serán un poco más felices o, al menos, un poco más personas.

 

No hay camino, el camino se hace al caminar…

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